Paz y Caridad

Jesús ora en el huerto: "Padre, ha llegado la hora...". Se acerca el final de su vida y pide por los hombres.  Jesús, se apartó como a un tiro de piedra de sus discípulos y de rodillas dijo al Padre: "Si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya".


Entonces se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba. Jesús, sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra.


La flagelación de Cristo fue un castigo romano de ahí que se administrara cruelmente contra el reo. En el plan de Pilatos, que pretendía salvar a Jesús de la crucifixión (el pueblo judío lo condena), la flagelación pretendía ser un sustituto para la cruel muerte pero al no satisfacer al pueblo se terminó aplicando finalmente la crucifixión.



Probablemente el castigo se realizó siendo atado Jesús a un lugar fijo (una columna, un pilar, etc.) Así, maniatado, el verdugo castigaba con más dureza al reo.


 Los soldados llevaron a Jesús al interior del pretorio y allí lo vistieron de púrpura y trenzando una corona de espinas se la ciñeron. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupían, y doblando las rodillas, se postraban ante él. Se burlaron de él. Después, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas y lo sacaron fuera para crucificarle.




El Silencio meditativo

El miércoles santo es un día de reflexión. La procesión, compuesta por un conjunto de imágenes previas a la Pasión, invita a esta visión interior del misterio de Jesús.
Una vez prendido Jesús, Judas llega al monte de los olivos, un lugar que el propio Jesús conocía porque allí se había reunido con sus discípulos. Allí, tras un diálogo entre el Mesías y la guardia, Simón Pedro sacó una espada e hirió en una oreja al siervo del sumo sacerdote llamado Malco. Jesús le pidió que volviera a meter la espada en la vaina.

 No menos importantes son las negaciones del propio Simón Pedro. Si antes se había mostrado como un "héroe" sacando la espada de la defensa ahora éste mismo lo negará tres veces.


La cohorte, el tribuno y los judíos prendieron a Jesús en el huerto y atándolo lo llevaron a casa de Anás (suegro de Caifás) el sumo sacerdote. 
Al entrar en la casa, Pedro va acompañado de un discípulo que lo reconoce el sumo sacerdote. La portera hizo pasar a Pedro  y le preguntó "¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?" Y dijo: "No lo soy"

En el atrio, los siervos y los guardias tenían unas brasas encendidas porque tenían frío y se calentaban. También Pedro estaba con ellos.

De la casa de Caifás, tras las negaciones, llevaron a Jesús al Pretorio de madrugada. Pilato preguntó a los que le traían el hombre "¿Qué acusación traéis contra este hombre". El rico diálogo entre Pilato y Jesús deja frases como: "Mi Reino no es de este mundo"; "Sí, como dices, soy rey"; "¿Qué es la verdad?.
Al final, Pilato toma a Jesús y lo manda azotar. Los soldados trenzaron una corona de espina, se la pusieron en la cabeza y le vistieron un mando de púrpura y, acercándose a él, le decían: "Salve, rey de los judíos".




El Perdón

Martes Santo es sinónimo de perdón. Abre la procesión la imagen del Precursor, el que predicaba en el desierto, el bautismo de agua: Juan el Bautista.

 Por la calle del Peso

 
 Cuerpo escultórico de Juan el Bautista

  Ascendiendo por la calle Andrés de Cabrera 


 Capuces blancos que flanquean la imagen 

Recibió el perdón de Jesús, María Magdalena. La imagen porta un jarrón para ungir los pies de Jesús. La identifican con la mujer adúltera que iba a ser lapidada pero Jesús intercedió por sus pecados.

 Por la calle del Peso 

 Tonalidades azules contrastan con las luces anaranjadas 


Ascendiendo por la calle Andrés de Cabrera 

Detalle de su manto

 Jesús cautivo, maniatado y coronado de espinas. Es Jesús de Medinaceli.


La Madre, bajo la advocación de la esperanza, de manto verde simboliza la esperanza cierta de que Jesús morirá pero resucitará al tercer día.

 Salida de San Andrés



Hossana. De palmas y ramos

El domingo de Ramos simboliza la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén montado a lomos de un pollino. El pueblo judío lo aclama como el tres veces "Santo", el hijo de Dios, el verdadero salvador.
Este hecho se representa en la Semana Santa con dos imágenes: la Borriquilla y la Virgen de la Esperanza.

Por la calle del Peso

   Salida de San Andrés

Detalle de los adornos florales

A su paso por la iglesia parroquial del Salvador

Pasando la antigua puerta amurallada de Valencia

Frente al convento de Madres Concepcionistas 

Su madre, bajo la advocación de la Esperanza, ejemplifica la confianza puesta en la resurrección de su Hijo aunque primeramente tenga que sufrir los tormentos de la cruz para ser luz de los pueblos.


Por la calle del Peso 

 
 Llegando a la iglesia parroquial del Salvador 

 
En la puerta de Valencia 

 
Llegando al convento de Madres Concepcionistas 

Traslado Virgen de las Angustias

En su afán por una tradición perdida, la Hermandad de la Virgen de las Angustias viene realizando el traslado de la imagen titular desde la Parroquia de la Virgen de la Luz hasta el templo de salida de la procesión del Viernes Santo (Madres Concepcionistas).






Procesión de niños "El Descendimiento"

Los momentos previos a la Semana Santa son especiales. Todos, absolutamente, todos, niños y mayores comienzan los preparativos de una Semana grande. 
De un tiempo a esta parte, vienen proliferando por los rincones de la ciudad las procesiones de niños (que podríamos llamar mini-procesiones) especialmente por lo corto del recorrido porque la ilusión y alegría que llevan se da por supuesta. El pasado sábado los niños cofrades del Descendimiento tuvieron la suya particular.

 El cortejo salía con su estandarte-guía.


Y por supuesto con los tambores de inicio.


Partió del jardín de la calle del Peso, cruzó la calle Melchor Cano para descender hasta el edificio del Almudí y desde ahí subir de nuevo por la cuesta de la Madres Benedictinas terminando donde comenzó.



Pero lo realmente sorprendente es el realismo con que se ha elaborado la imagen que portan 8 banceros.



Prácticamente se podría decir que es una copia exacta a escala de su "hermano mayor". Igual pose prácticamente. José de Arimatea y Nicodemo bajan a Jesús de la cruz, mientras al pie de la misma, esperan el discípulo amado (Juan), su Madre y María Magdalena.

 

El paso se completa con un precioso labrado de las andas muy fidedigno al que porta la imagen titular.



Exposición de Pintura

En la sala de la Orden Cultural La Carbonería, este fin de semana, se podía visitar una exposición de pintura de temática nazarena del autor Fernando Moya Román. Sin duda, sus pinturas tan realistas, ejemplifican, a modo de fotografías instantáneas, los momentos más entrañables de la Semana Santa conquense.